mardi 22 septembre 2009

vacaciones en Chile (traduccion)

Ya estoy de regreso de Chile! Experiencia inolvidable para mi que soñaba desde tanto tiempo con visitar este país. Finalmente, abandonamos la idea de ir en auto hasta Santiago: la ruta es muy larga y sus paisajes no excepcionales, hubiera costado caro y no teníamos el tiempo suficiente para que valiera la pena. Por consecuencia, aprovechamos al máximo las ciudades que visitamos y los amigos chilenos. Aquí viene el relato de esos 15 días.

Charlotte y yo salimos el 15 de agosto para La Paz. Allá, recuperamos nuestros pasaportes y tomamos el bus para Arica, donde nos debíamos juntar con Juan Luis, un amigo de Cristian con quien ya había pasado varios días en La Paz en junio. El trayecto La Paz- Arica, conocido por sus paisajes que te quiten la respiración cortar el soplo, merece su fama. Se cruza el parque nacional de Sajama, luego la provincia chilena de Parinacota, que alberga el lago Chungara, uno de los mas altos del mundo (aproximadamente 4500m). Desde la aduana, se tiene una vista incomparable del lago así como del volcán Parinacota que lo bordea...

El paso de la aduana, que temíamos por costumbre, transcurrió bien (sin embargo, recordaremos con emoción la mimolette (queso francés de color naranja) mandada por la madre de Charlotte, que preferimos botar antes de pasar los controles, por miedo de que nos multen... por suerte en cambio el salchichón pasó milagrosamente).

Nuestros primeros minutos en Chile no fueron de los más agradables. Apenas llegamos a Arica, mientras Charlotte se había ido a comprar algo para comer y me había dejado en plena lectura de la guía de Chile, un desconocido se acercó a la mesa donde estaba sentada y robó la mochila de Charlotte, la cual contenía su pasaporte, sus lentes de vista y su cámara de vídeo... lo peor que te puede pasar.

Juan Luis, llegado unos segundos después, nos condujo enseguida a donde “los pacos” (así llaman a la policía allá) para declarar el robo. Luego, llamamos al consulado de Francia en Santiago para saber lo que Charlotte tenía que hacer. Después de varios trámites (y mucho tiempo en las administraciones), acabo por conseguir un pasaporte provisional en Santiago, lo que le permitió volver a Bolivia. Ahora, el problema es que no sabe como volver a Francia, porque nuestro avión tiene previsto hacer una escala en los Estados Unidos, los cuales exigen tener un pasaporte biométrico o, en su defecto, una autorización especial que necesita varias semanas para obtenerla. Por lo tanto, se ve obligada a volver a empezar los tramites para obtener un nuevo pasaporte biométrico y una nueva visa... lo que mucho más difícil desde el extranjero. Creo que la llegada a Arica, no la olvidaremos jamás...

Nos quedamos tres días en Arica en la casa de la familia de Juan Luis. Su hermano y su cuñado, con los cuales vive, tienen dos restaurantes. Entonces que aprovechamos el sábado para ir a degustar ahí nuestros primeros platos de mariscos y pescados. Después de cinco meses de casi abstinencia total de mariscos (como Bolivia no tiene acceso al mar, se come muy poco pescado, o solamente pescado de agua dulce, la mayor parte del tiempo trucha), en Chile nos desquitamos. De hecho, no pensaba que comían tanto pescado los chilenos. Entre mis mejores recuerdos : el albacora, el lenguado, la trucha, las cholgas (mucho más gordas que nuestras cholgas) y el cangrejo. Entre los menos buenos, los erizos, pero hace falta decir que cuando nos los sirvieron, ya habíamos engullido tres platos de pescados marinados en jugo de limón y mi estomago amenazaba con explotar.

En Arica, visitamos también el museo Azapa, un museo arqueológico entre los más bonitos de Chile, famoso por sus impresionantes momias incas. Luego pasamos el domingo en compania de Don Guillermo, el jefe de trabajo de Juan Luis, con quien nos juntamos en un parque de la ciudad lleno de parrillas de uso libre y de mesas para hacer pic-nic. Comimos y tomamos toda la tarde, y por fin pude saborear el pastel de choclo con el cual soñaba... riquisimo (es un pastel a base de carne de res molida con huevos duros y aceitunas, el todo recubierto de choclo dulce, realmente delicioso.

Después de Arica, fuimos a Iquique. Allá, cual fue nuestra sorpresa, nos esperaba Charlotte desde hace más de 12 horas en la estación de bus, sin una moneda en el bolsillo y con mucha hambre. Había llegado en la noche pero no había conseguido contactar al amigo que la debía alojar... En Iquique nos alojamos en casa de Manuel, un amigo de Macarena, (amiga chilena conocida en España), quien además de ofrecernos un techo, nos proporcionó sus servicios de guía durante estos tres días. Nos llevo primero al puerto para ver la llegada de los barcos de pesca y la venta del pescado en subasta, luego a un mirador edificado en recuerdo a la batalla de Iquique, perdida por Chile en los primeros años de la guerra del Pacífico. El mirador está ubicado en las alturas de la orilla del mar, frente al emplazamiento de los restos del “Esmeralda”, barco chileno hundido por un blindado peruano el 21 de mayo 1879. Es al termino de esta guerra (1879-1884) ganada por Chile, que Bolivia perdió su acceso al mar... lo que explica el frío que persiste entre bolivianos y chilenos que además de vivir en dos países cuyos modelos sociales son completamente diferentes, siguen peleando a causa del conflicto marítimo. Los bolivianos les tienen resentimiento a los chilenos por haberles privado de litoral, y a estos últimos no les gusta tampoco mucho los bolivianos que acusan de venir a robarles sus trabajos.

Luego, fuimos a ver la escuela Santa Maria, que fue el escenario de una masacre en 1904. En la época, Chile sacaba buena parte de sus recursos de la explotación de las minas de salitre en el norte del país. Pero los obreros chilenos eran explotados por sus patrones, muchas veces extranjeros venidos al “Nuevo Mundo para hacer fortuna. Un día, unos 20 000 obreros subieron a Iquique a reclamar mejores condiciones de vida, un general local los hizo esperar en esa escuela antes de mandar los militares a masacrarlos. En total 3000 obreros murieron. Las pinturas murales en la fachada de la escuela mantienen vivo el recuerdo de la masacre para que tal horror no se reproduzca nunca más.

Al día siguiente, es decir el jueves, fuimos a visitar Humberstone, ciudad construida alrededor de las minas de salitre y abandonada en los años 60, cuando su explotación terminó de ser rentable. El nitrato de sodio de Chile sirvió de abono natural en el mundo entero por más de un siglo, hasta que se le sustituya un abono industrial menos costoso de producir y de rendimiento equivalente.

Humberstone parece parada en el tiempo, el clima seco del norte (que alberga también el desierto más árido en el mundo) ayuda a conservar los edificios de esta ciudad abandonada en pleno desierto. Se puede visitar su piscina, su hostal, su mercado, su teatro, las viviendas de los obreros, y ,claro, la fabrica donde se transformaba el salitre en nitrato de sodio, pero las condiciones de vida de los obreros eran inhumanas, y el control social sobre ellos, total. Lo demuestran los bonos que recibían a modo de sueldo y que les permitían comprar alimentos en las tiendas del pueblo, cuyos precios subían y bajaban al agrado del “señor Humberstone”, edificador y maestro de su ciudad (y de sus obreros)...

De regreso de Humberstone, nos despedimos de Manuel y de su familia y nos fuimos a Santiago. Después de 23 horas de autobús casi sin parar, nos encontramos con Cristian en la terminal de buses. Después de habernos instalado en un hostal, lo alcanzamos en la casa de Carlos, uno de sus amigos que estaba de cumpleaños. Lo pasamos bien pero estaba cansada del viaje y después de unos vasos de piscola (pisco+coca cola) me fui a dormir.

El día siguiente, pasamos toda la mañana en el consulado de Francia a fin de empezar los tramites de pasaporte provisorio de Charlotte. Luego, nos fuimos a Bellavista, él barrio estudiantil de Santiago, lleno de viejos edificios con colores vivos y de bares de todo tipo. Esta vez, fuimos para visitar la Chascona, una de las tres casas de Pablo Neruda que dividía su tiempo entre Santiago, Valparaiso e Isla Negra.

Poeta famoso en el mundo entero, la vida de Neruda hace soñar. Desde sus 24 anos, se le confió puestos consulares en varios lugares del mundo y pasó varias décadas de año en el extranjero. Enamorado de los objetos, trajo de sus viajes decenas de obras de arte y de objetos insólitos, que repartió entre sus tres casas... En cada una de sus casas se hacen sentir su pasión por el mar, las mujeres y el vino tinto. Proas de navíos, barcos embotellados, ventanas en forma de ojos de buey, cama orientada hacia el océano, guijarros incrustados en el suelo, colecciones de conchas provenientes del mundo entero...objetos que en su mayoría nos recuerdan al océano. También se encuentran en cada una de ellas un bar y décenas de objetos que dan testimonio de su amor por Matilde, su tercera esposa y la mujer de su vida.

En la noche, después de una vuelta a La Piojera, un café popular entre los más antiguos de Santiago, nos fuimos a Rancagua, donde viven Cristian y su madre. Durante tres días, ella nos mimó. Buena cocinera, ella tiró la casa por la ventana y pasamos buena parte del tiempo sentadas a la mesa... Entre lo mejor de Rancagua : él “pan amasado”, un pan de fabricación artesanal, el pebre, salsa a base de limón, tomate, cebolla y cilantro, muy rico con un poco de pan en aperitivo, el ceviche, plato típico del Perú también muy consumido en Chile, (se trata de pescado crudo marinado en jugo de limón verde, con cebollas y cilantro picados), y las alcachofas.

EL fin de semana, fuimos a visitar los alrededores de Rancagua. Si bien Rancagua no es muy bonita, los pueblitos que lo rodean merecen ser visitados. Perdidos en las montanas, todavía se pueden ver huasos, el equivalente chileno de los gauchos argentinos. Estos últimos llevan un chamanto, una suerte de poncho realizado al principio con hilos de seda, y ahora casi exclusivamente en lana de oveja. En el camino, paramos en Doñihue, pequeño pueblo conocido por su comunidad de tejedoras y su “chacolí”, vino local originario del país vasco. Allá, una amable “Doñihuense” nos invitó a entrar a su casa para enseñarnos su sala de tejer. Al salir de su casa, bastó cruzar la calle para aterrizar en la casa de un productor de chacolí que se apresuró a servirnos un generoso trago de chacolí a cada uno, seguido de un vaso de chicha cruda, y luego de chicha cocida, para terminar por aguardiente, la otra especialidad de la zona... su estrategia funcionó ya que cada uno se fue con varias botellas en las manos...

EL lunes, fuimos a pasar el día en Santiago. Allá, fuimos a ver la plaza de Armas, donde Marie y yo nos hicimos leer las cartas (el tarot). Era mi primera vez y debo confesar que la vidente me pareció bastante dotada (sigo escéptica pero debo reconocer que sus palabras tranquilizadoras ponen de buen humor). Luego nos dirigimos hacia “La Moneda”, palacio presidencial en el cual Salvador Allende se suicidio el 11 de septiembre de 1973, unas horas después del golpe de estado de Pinochet. Momento emocionante para una nostálgica de los ideales de la época como yo...

Luego, pasamos varias horas en el “Mercado de las Flores”, desvalijando a sus vendedores de piedras, perlas, semillas e hilos de todos los colores, Marie para fabricar joyas de alambre y yo para el macramé. Empecé a hacer pendientes durante el viaje y me apresuré a hacerme perforar las orejas a mi regreso a Sucre. Ahora tengo que esperar que mis orejas cicatricen para poner mis primeras creaciones.

Al día siguiente, es decir él martes, nos despedimos de Rancagua y regresamos a Santiago, donde tomamos el bus para Valparaiso al fin de la tarde. Allá, nos instalamos en la casa de Caroline, que me había visitado en Sucre unas semanas antes, al mismo tiempo que Antoine, su primo y un amigo de infancia de mi hermano. Caroline terminaba su estadía de un año en Valparaiso. Su departamento compartido, ubicado en las alturas de Valparaiso (“Valpo” para los íntimos) era una verdadera casa de hippies. Bautizada “la Grande Familia” por sus habitantes, era todo el tiempo llena de gente o de viajeros con los cuales pudimos simpatizar.

Valparaiso es mi flechazo de Chile. Esa ciudad, con sus múltiples colinas, su bahía gigante, su puerto de pesca, sus casas coloradas y sus grafitis por centenas, merece su fama de “ciudad más bonita de Chile”. La visita a la cárcel, una antigua prisión reconvertida en museo a cielo abierto, me dejô un recuerdo imborrable. Aunque nuestro guía auto-proclamado, un supuesto “antiguo detenido que había conseguido escaparse” nos dejó con grandes dudas respecto a la veracidad de su testimonio personal, nos ofreció una visita a los lugares totalmente apreciable. Lo más impresionantes fueron los grafitis que cubren las paredes de la cárcel. Aquí vienen unos de los más bonitos.

El día siguiente, visitamos “La Sebastiana” (segunda casa de Neruda), dimos la vuelta a la bahía a borde de una nave de turismo y fuimos a pasear en las colinas sobre las cuales está construida Valparaiso...

El viernes por la noche, mientras Marie se iba a juntar con “las Charlottes” en Santiago, me quedé una noche más en la casa de Caroline con el fin de irme el día siguiente a Isla Negra, pequeño pueblo situado a una hora y media de Valparaiso que alberga la tercera (y ultima) casa de Neruda. Esta casa es súper romántica. Construida frente al mar, su estructura se asemeja a la de un barco, y como en las otras casas, su decoración interior es en gran medida inspirada por el mar. Al exterior de la casa, Pablo y Matilde están enterrados frente al océano.

Después de mi visita a Isla Negra, tomé el bus para Santiago, donde me esperaba “Charlotte-lentes”. Marie y “Charlotte-risada” se habían ido en la mañana a Argentina, donde habían decidido viajar juntas durante unos días. Después de una ultima noche en Santiago, Charlotte y yo tomamos el avión el domingo por la mañana para Arica. Allá, por nuestra ultima tarde de vacaciones, Juan Luis nos llevo a la playa. El día siguiente por la mañana, tomamos el bus para La Paz, donde llegamos justo a tiempo para abordar un autobús con destino a Sucre.

Cuando llegamos a la oficina de Ayni el martes por la mañana, no deshice mi mochila, al contrario, junté todas mis cosas para instalarme en un nuevo departamento donde voy a quedarme un mes y medio. Philly, una inglesa que vive en Sucre, buscaba a alguien para cuidar su casa y ocuparse de Mogi y Puki, sus dos gatos. Como empezaba a sentirme apretada en Ayni y que estaba un poco aburrida de vivir en mi lugar de trabajo, me apresuré de aprovechar la ocasión! Es mi primer departamento “solamente para mi” y me siento tan bien allí que casi cambié mi opinión sobre los departamentos compartidos. Pero la cosa es que no estoy realmente sola : Zéro y Don, inglés el primero, australiano el segundo, comparten un patio grande conmigo. Muchos años mayores que yo, tienen esta tranquilidad de espíritu que me falta muchas veces. Zéro es administrador de sitios web y gestiona los blog de sus clientes ingleses desde Bolivia. Don está de “viaje prolongado” y decidió quedarse un tiempo en Sucre para aprovechar su tranquilidad para vivir. Don no habla bien español, lo que me obligo practicar el inglés por primera vez. Me desenvuelvo como puedo pero muchas veces tengo vergüenza cuando me escucho.

Puki y Mogi son los dos gatos más afectuosos que conozco. Gracias a ellos, casi nunca duermo sola y ya no me burlo de la gente que colecciona los clichés de sus animales. Siempre guardo mi cámara al alcance de la mano y pondré pronto sus fotos en linea.

Este fin de semana Sucre celebra la entrada de su virgen, la virgen de Guadalupe. Desde hace varios días se preparan las festividades. A los bolivianos les gustan mucho los desfiles y cualquier persona puede formar parte de una fraternidad y participar a la entrada. A priori, la interminable columna va a dar la vuelta de toda la ciudad, bailando y tomando... promete ser divertido.

Esta semana no he animado muchos talleres porque una de las dos bibliotecas el la cual supuestamente tengo que ir está cerrada. Como la alcaldía se niega a nombrar un bibliotecario, la única forma que encontramos para presionar a la municipalidad para que se de cuenta de la utilidad del lugar fue cerrarlo. Para mi no está mal : me deja tiempo para preparar mis intervenciones.

Esta semana mi taller con las madres fue catastrófico, a pesar de que había comprobado todas mis recetas de tortillas la semana anterior, hasta rozar la sobredosis de huevos, desgraciadamente dos imprevistos vinieron arruinar mis esfuerzos : el corte de agua y los sartenes de aluminio.

En este momento los cortes de agua son frecuentes en Sucre, sobre todo en los barrios periféricos donde los habitantes están obligados a levantarse temprano en la mañana para llenar cantimploras de agua que les permitirán aguantar hasta la noche. Durante el fin de semana en el departamento de Ayni, muchas veces hace falta armarse de paciencia para ducharse o cocinar (o recurrir al agua mineral... pero no es una solución muy económica). Por suerte en el centro nunca pasa.

Entonces, el lunes no había agua en Mesa Verde y tuve que llevar mi taller “tortillas” en condiciones de higiene deplorables. Tuvimos que dejar todos los platos sucios en la biblioteca, lo que me sirvió de excusa para organizar un taller de “limpieza general” la próxima semana. Luego, los sartenes de aluminio de la biblioteca; mas pegajosos que el chicle, terminaron de transformar mi taller en misión “rescate de tortillas”. Creo que voy a tener que volver a ver todas mis recetas para llamarlas “huevos revueltos”.

Al día siguiente, lo mismo me pasó en Villa Armonía: tuve que llevar mi taller de panqueques sin agua en el grifo. Para hacerme perdonar por el estado en el cual deje la cocina, hice escribir a los niños una bonita carta dirigida a la bibliotecaria y le deje una buena docena de panqueques en cambio de lavar los platos...

El mismo día improvisé un taller “dibujamos a la virgen” con los niños, a quienes se sigue enseñando los buenos principios bíblicos en la escuela. Durante las tardes dedicadas al apoyo escolar, no es nada raro tener que ayudar a un niño a buscar de que color era el cabello de Jesucristo , o cuales eran las siete plagas de Egipto... para nosotros que venimos de un país donde la laicidad fue elevada a religión de Estado, es un choque permanente.

Ya está, voy a parar acá. Como el joven profesor de español que me ayudaba a corregir mis mensajes se ha ido a Francia el martes pasado (fue admitido como asistente de idioma en Estrasburgo!), la traducción de este billete tardará unos días, el tiempo de encontrar a otro profesor dispuesto a ayudarme.

¿Y todos ustedes, como están?
El blog me ocupa tanto tiempo que abandoné el correo electrónico, pero no duden en mandarme noticias, estos días la tranquilidad de mi departamento me deja más tiempo para contestar!

Un beso grande a todos.
Cuidense.
Marion

jeudi 10 septembre 2009

Vacaciones en Chile

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Ça y est, de retour du Chili! Expérience inoubliable pour moi qui rêvait depuis si longtemps de visiter ce pays. Finalement, le plan voiture est tombé a l'eau : la route jusque Santiago est très longue et ses paysages pas exceptionnels, cela aurait couté cher et nous avions trop peu de temps pour que ça vaille la peine. Du coup, on a bien profité des quelques villes qu'on a visité et on a pris le temps de se laisser guider par nos amis chiliens. Voici le récit de ces 15 jours.


Charlotte et moi sommes parties le 13 aout de Sucre pour La Paz. La bas, une fois nos passeports en poche, nous avons pris le bus pour Arica, ou nous devions rejoindre Juan Luis, un ami de Cristian avec qui j'avais déjà passé plusieurs jours a La Paz en juin. Le trajet La Paz- Arica, connu pour ses paysages a couper le souffle, mérite sa réputation. On traverse le parc national de Sajama, puis la province chilienne de Parinacota, qui héberge le lac Chungara, un des plus hauts du monde (environ 4500m). Depuis le poste de douane, on a une vue imprenable sur le lac ainsi que sur le volcan Parinacota qui le borde...

Le passage de la douane, que nous redoutions par habitude, s'est bien passé (nous nous souviendrons quand même avec émotion de la mimolette envoyée par la maman de Charlotte, que nous avons préféré jeter avant les contrôles, de peur qu'on nous colle une amende... heureusement, le saucisson, lui, est miraculeusement passé).


Nos premières minutes au Chili n'ont pas été des plus agréables. A peine arrivées a Arica, alors que Charlotte était partie acheter a manger et m'avait laissé en pleine lecture du guide du Chili, un inconnu s'est approché de la table a laquelle j'étais installée et a dérobé le sac a dos de Charlotte, qui contenait son passeport, ses lunettes de vue et sa caméra vidéo... la vraie grosse tuile...


Juan Luis, arrivé quelques secondes après les faits, nous a tout de suite conduit au poste de police pour déclarer le vol. Ensuite, nous avons appelé le consulat de France a Santiago pour savoir ce que Charlotte devait faire. Après maintes démarches (qui lui ont valu de passer un bon bout de temps dans les administrations), elle a finalement réussi a obtenir un passeport provisoire a Santiago, qui lui a permis de revenir en Bolivie. Le problème est a présent de savoir comment rentrer en France, car notre avion prévoit de faire escale aux États Unis, lesquels exigent de posséder un passeport biométrique, ou a défaut, une autorisation spéciale qui nécessite plusieurs semaines pour l'obtenir. Elle est donc obligée de recommencer les démarches pour obtenir un nouveau passeport biométrique et un nouveau visa... ce qui est tout sauf évident depuis l'étranger. Bref, l'arrivée a Arica, on s'en souviendra...


Nous sommes restées trois jours a Arica dans la famille de Juan Luis. Sa sœur et son beau-frère, chez qui il habite, tiennent deux restaurants. Nous avons donc profité du samedi pour aller y déguster nos premiers plats de fruits de mer et poissons. Après cinq mois de quasi abstinence totale de produits de la mer (la Bolivie n'y ayant pas accès, on y mange très peu de poisson, ou uniquement du poisson d'eau douce, le plus souvent de la truite), au Chili, nous nous sommes bien rattrapées. De fait, je ne pensais pas qu'on y mangeait autant de poisson! Parmi mes meilleurs souvenirs : l'espadon, la sole, la truite, les moules (bien plus grosses que celles qu'on connaît) et le crabe. Parmi les moins bons, les oursins, mais il faut dire que quand on nous les a servis, nous avions déjà englouti trois assiettes de poissons marinés dans du jus de citron et mon estomac menaçait d'exploser.

A Arica, nous avons également visité le musée Azapa, un musée archéologique parmi les plus beaux du Chili, célèbre pour ses impressionnantes momies incas. Puis nous avons passé le dimanche en compagnie de Don Guillermo, le chef de Juan Luis, que nous avons retrouvé dans un parc de la ville rempli de parrillas (grilles de barbecue géantes) en libre service et de tables pour pique niquer. On a mangé et bu toute l'après midi et j'ai enfin pu déguster le pastel de choclo dont je rêvais... succulent (c'est un gâteau a base de viande de bœuf moulue, agrémentée d'œuf dur et d'olives et recouverte de maïs sucré. Un vrai délice. (pour les lillois curieux, il fait partie de la carte du Pueblo, restaurant chilien situé dans une rue perpendiculaire a la rue de Béthune, derrière le passage 57).


Après Arica, nous sommes descendues a Iquique. La bas, quelle ne fut pas notre surprise d'être accueillies par Charlotte qui nous attendait depuis pas moins de 12 heures dans la station de bus, sans un sou en poche et la faim au ventre. Arrivée dans la nuit, elle n'avait pas réussi a contacter l'ami qui devait l'héberger... A Iquique, nous avons logé chez Manuel, un ami de Macarena, (amie chilienne rencontrée en Espagne), qui en plus de nous offrir un toit, nous a servi de guide pendant ces trois jours. Il nous a d'abord emmené au port assister a l'arrivée des bateaux de pêche et a la vente du poisson sur la criée, puis a un mirador édifié en souvenir de la bataille d'Iquique, perdue par le Chili dans les premières années de la guerre du Pacifique. Le mirador est situé sur les hauteurs du bord de mer, face a l'emplacement de l'épave de l'Esmeralda, bateau chilien coulé par un blindé péruvien, le 21 mai 1879. C'est au terme de cette guerre (1879-1884) gagnée par le Chili, que la Bolivie a perdu son accès a la mer... ce qui explique le froid qui persiste entre boliviens et chiliens qui en plus de vivre dans deux pays aux modèles sociaux complètement différents, continuent de se regarder en chien de faïence a cause du conflit marin. Les boliviens en veulent aux chiliens de les avoir privés de littoral, et ces derniers n'aiment pas trop les boliviens non plus, qu'ils accusent de venir leur voler leur travail...

Ensuite, nous sommes allés voir l'école Santa Maria, qui fut le théâtre d'un massacre en 1904. A l'époque, le Chili tirait une bonne partie de ses ressources de l'exploitation des mines de salpêtre dans le nord du pays. Mais les ouvriers chiliens étaient exploités par leurs patrons, le plus souvent des étrangers venus faire fortune au Nouveau Monde. Un jour, quelque 20 000 ouvriers sont montés a Iquique pour réclamer de meilleures conditions de vie. Un général local les a fait patienter dans cette école avant d'envoyer les militaires les massacrer. Au total, 3000 ouvriers sont morts. Les peintures murales sur la façade de l'école maintiennent vivant le souvenir du massacre afin que pareille horreur ne se reproduise jamais.










Le lendemain jeudi nous sommes allées visiter Humberstone, ancienne ville construite autour des mines de salpêtre et abandonnée dans les années 60, quand leur exploitation a définitivement cessée d'être rentable. Le nitrate de soude du Chili a servi d'engrais naturel dans le monde entier pendant plus d'un siècle, jusqu'à ce qu'on lui substitue un engrais industriel moins couteux a produire et de rendement équivalent.


Humberstone parait figée dans le temps. Le climat sec du nord du Chili (qui héberge également le désert le plus aride au monde) aide a la conservation des édifices de cette ville abandonnée en plein désert. On peut visiter sa piscine, son hôtel, son marché, son théâtre, les habitations des ouvriers, et bien sur l'usine ou on transformait le salpêtre en nitrate de soude. Mais qu'on ne s'y trompe pas, les conditions de vie des ouvriers y étaient inhumaines et le contrôle social sur eux était total. Preuve en est les bons qu'ils recevaient en guise de salaire, qui leur permettaient d'acheter de quoi se nourrir dans les boutiques du village, dont les prix augmentaient au gré du “seigneur” Humberstone, édificateur et maitre de sa ville (et de ses ouvriers)...






De retour d'Humberstone, nous avons pris congé de Manuel et de sa famille et sommes parties pour Santiago. Après 23h de bus quasiment sans arrêts, nous avons retrouvé Cristian au terminal de bus. Après nous être installées à l'hôtel, nous l'avons rejoint chez Carlos, un de ses amis, dont c'était l'anniversaire. Nous avons passé une très bonne soirée mais j'étais fatiguée du voyage et après quelques verres de piscola (pisco+coca cola) je suis rentrée dormir.




Le lendemain, nous avons passé la matinée au consulat de France afin de lancer les démarches de passeport provisoire de Charlotte. Ensuite, nous sommes allées découvrir Bellavista, un quartier étudiant de Santiago plein d'édifices anciens aux couleur vives et de bars de toutes sortes. Cette fois la, nous y allions afin de visiter la Chascona, une des trois maisons de Pablo Neruda qui partageait son temps entre Santiago, Valparaiso et Isla Negra.



Poète célèbre dans le monde entier, la vie de Neruda fait vraiment rêver. Des ses 24 ans, il s'est vu confier des postes consulaires un peu partout dans le monde et a passé plusieurs dizaines d'années a l'étranger. Amoureux des objets, il a rapporté de ses voyages des dizaines d'œuvres d'art et d'objets insolites, qu'il a répartit entre ses trois maisons... Dans chaque maison, sa passion pour la mer, les femmes, et le vin rouge habitent les lieux. Proues de navire, bateaux dans des bouteilles, fenêtre en forme de hublot, lit tourné vers l'océan, galets incrustés dans le sol, collections de coquillages du monde entier...la plupart des objets rappellent l'océan. On trouve également dans chacune d'entre elles un bar et des dizaines d'objets qui témoignent de son amour pour Mathilde, sa troisième épouse et la femme de sa vie.



Le soir, après un tour a La Piojera, un café populaire parmi les plus anciens de Santiago, nous sommes parties pour Rancagua, ou vivent Cristian et sa maman. Pendant trois jours, cette dernière nous a chouchouté. Bonne cuisinière, elle a mis les petits plats dans les grands et nous avons passé une bonne partie du temps attablées... Parmi les “must de Rancagua”: le “pan amasado”, un pain de fabrication artisanale, le pebre, sauce a base de citron, tomate, oignon et coriandre, délicieux avec un peu de pain en apéro, le ceviche, plat typique du Pérou également très consommé au Chili, (il s'agit de poisson cru mariné dans du jus de citron vert avec des oignons et du coriandre), les artichauts, et pour finir les cholgas, moules beaucoup plus grosses que celle qu'on connait dans le nord.


Le week-end-end end, nous sommes allées visiter les environs de Rancagua. Si Rancagua “ne casse pas des briques”, les petits villages qui l'entourent, eux, valent le détour. Perdus dans les montagnes, on y voit encore des huasos, l'équivalent chilien des gauchos argentins. Ces derniers portent un “chamanto”, sorte de poncho réalisé au départ avec des fils de soie, et à présent quasi exclusivement en laine de mouton. Sur la route, nous nous sommes arrêtés a Doñihue, petit village réputé pour sa communauté de tisserandes et son “chacoli”, vin local originaire du pays basque. Là bas, une charmante “Doñihuenne” nous a invité à entrer chez elle pour nous montrer sa salle de tissage. Sortie de sa maison, nous n'avons eu qu'à traverser la rue pour atterrir chez un producteur de chacoli qui s'est empressé de nous servir une généreuse rasade de chacoli a chacun, suivie d'un verre de chicha cru, puis de chicha cuite, pour terminer par l'eau de vie, autre spécialité du coin... sa stratégie a marché : nous sommes repartis avec plusieurs bouteilles chacun...



Le lundi, nous sommes allées passer la journée a Santiago. Là bas, nous avons été voir la plaza de Armas, sur laquelle Marie et moi nous sommes fait lire le tarot. C'était ma première fois, et je dois dire que la voyante m'a paru plutôt douée (de là à croire en ses dons, il me reste de la marge, mais il faut reconnaitre que ses propos rassurants mettent de bonne humeur) Ensuite, nous nous sommes dirigées vers La Moneda, palais présidentiel dans lequel Salvador Allende s'est donné la mort le 11 septembre 1973, quelques heures après le coup d'état de Pinochet. Moment émouvant pour une nostalgique des idéaux de l'époque comme moi...


Nous avons ensuite passé plusieurs heures au “Mercado de las Flores”, à dévaliser ses marchands de pierres, perles et fils de toutes les couleurs, Marie pour fabriquer des bijoux en fil de fer et moi en macramé. J'ai commencé a faire des boucles d'oreille pendant le voyage et me suis empressée d'aller me faire percer les oreilles a mon retour a Sucre. Je dois à présent attendre que mes oreilles cicatrisent pour enfiler mes premières créations.



Le lendemain mardi, nous avons pris congé de Rancagua et sommes retournées passer la journée a Santiago, d'où nous avons pris le bus pour Valparaiso en fin d'après midi. Là bas, nous nous sommes installées chez Caroline, que j'avais accueillie a Sucre quelques semaines plus tôt en même temps qu'Antoine, son cousin et un ami d'enfance de mon frère. Caroline terminait son séjour d'un an a Valparaiso. Sa colocation, située sur les hauteurs de Valparaiso (Valpo pour les intimes) était une vraie “maison bleue adossée a la colline”. Baptisée “la Grande Familia” par ses habitants, elle était tout le temps pleine d'amis ou de voyageurs de passage, avec lesquels nous avons bien sympathisé.







Valparaiso, c'est mon coup de cœur du Chili. Cette ville, avec ses multiples collines, sa baie géante, son port de pêche, ses maisons colorées et ses graffitis par centaines, méritent sa réputation de “ville la plus belle du Chili”. La visite de la carcel, une ancienne prison reconvertie en musée a ciel ouvert, m'a laissé un souvenir impérissable. Même si notre guide auto-proclamé, un soi-disant “ancien détenu ayant réussi a s'évader” nous a laissé avec de gros doutes quant à la véracité de son témoignage personnel, il nous a offert une visite des lieux tout a fait appréciable. Le plus impressionnant reste les graffitis qui recouvrent les murs de la prison.

















Le jour suivant, nous avons visité La Chascona (deuxième maison de Neruda), fait le tour de la baie à bord d'une navette de tourisme et nous sommes baladé dans les collines sur lesquelles est construite Valparaiso...











Le vendredi soir, alors que Marie partait rejoindre les Charlottes a Santiago, je suis restée une nuit de plus chez Caroline afin de me rendre le lendemain à Isla Negra, petit village à une heure et demi de Valparaiso qui abrite la troisième (et dernière) maison de Neruda. Celle ci est tout ce qu'il y a de plus romantique. Construite face a la mer, sa structure s'apparente fortement a celle d'un bateau et comme dans les autres maisons, sa décoration intérieure est largement inspirée de la mer. A l'extérieur de la maison, Pablo et Mathilde sont enterrés face a l'océan.




Après ma visite d'Isla Negra, j'ai repris le bus pour Santiago, où m'attendait Charlotte-lunettes. Marie et Charlotte-frisette étaient parties le matin pour l'Argentine, où elles avaient décidé de voyager ensemble quelques jours. Après une dernière nuit a Santiago, Charlotte et moi avons pris l'avion le dimanche matin pour Arica. La bas, nous avons retrouvé Juan Luis qui nous a emmené passer note dernier après midi de vacances à la plage. Le lendemain matin, nous avons repris le bus pour La Paz, où nous sommes arrivées juste a temps pour sauter dans un bus pour Sucre.


A notre arrivée à l'appartement d'Ayni le mardi matin, je n'ai pas défait mon sac. Au contraire, j'ai rassemblé toutes mes affaires pour partir m'installer dans un nouvel appartement où je vais rester un mois et demi. Philly, une anglaise qui vit a Sucre, cherchait quelqu'un pour garder sa maison et s'occuper de Mogi et Puki, ses deux chats. Moi je commençais a me sentir a l'étroit a Ayni et en avait marre de vivre loin du centre et sur mon lieu de travail... j'ai donc sauté sur l'occasion! C'est mon premier appartement “pour moi toute seule” et je m'y sens tellement bien que j'en suis presque à renier mes bonnes paroles sur la collocation Mais il faut dire que je ne suis pas vraiment seule : Zéro et Don, anglais pour le premier, australien pour le second, partagent un grand patio avec moi. De plusieurs dizaines d'années mes ainés, ils ont cette tranquillité d'esprit qui me manque souvent. Zéro est administrateur de site web et gère les blog de ses clients anglais depuis la Bolivie. Don est en mode “voyage prolongé” et a décidé de s'arrêter quelques temps a Sucre pour profiter de sa douceur de vivre. Il ne parle pas bien espagnol: j'ai donc été obligée de me mettre a l'anglais. Je me débrouille comme je peux mais j'ai souvent honte en m'écoutant. Je lui parle de mes projets d'aller passer quelques semaines dans un pays anglophone, et il me conseille sur les destinations.


Puki et Mogi sont les deux chats les plus affectueux que je connaisse. Grâce a eux je ne dors jamais seule et ai cessé de me moquer des gens qui collectionnent les clichés de leurs animaux. Je garde toujours mon appareil a portée de main à la maison et mettrai bientôt leurs photos en ligne.



Ce week-end-end end Sucre célèbre l'entrée de sa vierge, la vierge de Guadalupe. Depuis plusieurs jours les festivités se préparent. Les boliviens adorant les défilés, ceux qui veulent, moyennant quelques pesos, peuvent s'inscrire avec leurs amis et y participer. A priori, l'interminable colonne va faire le tour de la ville en dansant (et buvant)... ça promet d'être amusant.


Cette semaine je n'ai pas animé beaucoup d'ateliers car une des deux bibliothèques dans laquelle je suis censée aller est fermée. La mairie refusant d'y nommer un bibliothécaire, le seul moyen pour faire pression sur la municipalité afin qu'elle se rende compte de l'utilité du lieu a été de le fermer. Ce n'est pas plus mal : ça me laisse le temps de préparer mes interventions.


Cette semaine mon atelier avec les mamans a été catastrophique. J'avais pourtant testé toutes mes recettes d'omelettes la semaine précédente, jusqu'à frôler l'overdose d'œufs. Malheureusement deux imprévus sont venus gâcher mes efforts : la coupure d'eau et les poêles en aluminium.


En ce moment les coupures d'eau sont fréquentes a Sucre, surtout dans les quartiers périphériques où les habitants sont obligés de se lever tôt le matin pour remplir des bidons d'eau qui leur permettront de tenir jusqu'au soir. Le week-end dans l'appartement d'Ayni, il faut souvent prendre son mal en patience pour se laver ou cuisiner (ou avoir recours à l'eau minérale... solution pas vraiment économique s'il en est). Heureusement, dans le centre, cela n'arrive à priori jamais.


Bref, lundi, il n'y avait pas d'eau a Mesa Verde, et j'ai du mener mon atelier tortillas dans des conditions d'hygiène déplorables. Nous avons du abandonner la vaisselle sale dans la bibliothèque, ce qui m'a fait une bonne excuse pour organiser un atelier “nettoyage général” de la cuisine la semaine prochaine. Ensuite, les poêles en aluminium de la bibliothèque, plus collantes que le chewing-gum, ont achevé de transformé mon atelier en mission “sauvetage de tortillas”. Je crois que je vais revoir toutes mes recettes pour les appeler “œufs brouillés”.


Le lendemain, "rebelote" a Villa Armonia: j'ai du mener mon atelier pan-cakes sans eau au robinet. Pour me faire pardonner l'état dans lequel j'ai laissé la cuisine, j'ai fait écrire aux enfants une belle lettre à l'intention de la bibliothécaire et lui ai laissé une bonne dizaine de pan-cakes en échange de la vaisselle...


Le même jour j'ai improvisé un atelier “dessinons la vierge” avec les enfants de Villa Armonia à qui on continue d'enseigner les bons principes bibliques à l'école. Lors des après midi dédiées au soutien scolaire, il n'est pas rare de devoir aider un enfant a chercher de quel couleur étaient les cheveux de Jésus Christ, ou quelles étaient les sept plaies d'Égypte... pour nous qui venons d'un pays où la laïcité s'est érigée en religion d'État, c'est un choc permanent.


Voila, je vais m'arrêter là. Le jeune prof d'espagnol qui m'aidait a corriger mes billets s'étant envolé pour la France mardi dernier (il a été admis comme assistant de langue a Strasbourg!), la traduction de ce billet tardera quelques jours, le temps de trouver un autre professeur disposé à m'aider.


Et vous tous, comment allez vous? Les lillois, comment s'est passée la braderie? Et la rentrée pour les étudiants? Quels sont vos projets pour cette année? Le blog me prend tellement de temps que j'ai un peu délaissé ma boite mail, mais n'hésitez pas à m'envoyer des nouvelles, ces jours ci le calme de mon appartement me laisse plus de temps pour répondre!


Je vous embrasse tous fort.

Cuidense.

Marion