¡El tiempo pasa tan rápidamente! Desde mi último posteo estuve muy ocupada. Entre mis talleres que preparar, mis primeros contactos con los niños de las bibliotecas, mis clases de quena y de español, más unas fiestas… no tengo tiempo para aburrirme.Alegremente, si las semanas están bien ocupadas, los fines de semana permiten descansar. Por cierto el fin de semana pasado Charlotte y yo fuimos a reunirnos con Arnaud y Pierre (nuestros dos amigos franceses del principio) en Coroico, un pequeño pueblo de los Yungas, una región al norte de La Paz. , a caballo entre los Andes y la Amazonia. Aprovechamos el viernes festivo (Pascua) para irnos desde el jueves el autobús nocturno para La Paz.A pesar de su proximidad con La Paz, Coroico hace un gran contraste con el Altiplano. En tan solo tres horas de viaje, pasamos de 4500 a 1750m y la transformación del paisaje se percibe. A medida que se pierde altitud, el clima seco y ventoso se vuelve caliente y húmedo, las altas cumbres desnudas del Altiplano dan lugar a montañas medianas de vegetación abundante, ¡y la carretera se transforma en camino polvoriento!A nuestra llegada a Coroico una mala sorpresa nos estaba esperando: ¡todos los hostales estaban archí llenos! Empezamos por caminar de un hostal a otro, sin éxito. Finalmente, la noche (y la lluvia) cayendo, decidimos pedir ayuda a los habitantes. Me puse a ir de puerta en puerta explicando que aún una cueva nos convendría... ¡y funcionó! Después una veintena de casas, una mujer terminó por aceptar el alquilarnos una habitación. Claro era un poco más cara que si habiendo reservado un hostal, pero era eso o regresar a La Paz, así que para nosotros era simplemente milagroso.En Coroico hicimos dos paseos por las montañas. La primera debía llevarnos hasta tres grandes cascadas pero después de dos horas de camino dimos con una carretera cuyo borde había una pequeña cubeta alimentada por dos chorros de agua y donde se podía dar un remojón. Después, el agua de la cubeta corría en la carretera y se mezclaba con el barro traído por los camiones de turistas… ¡En resumen, no era el oasis perdido en las montañas que imaginábamos! En cambio, la presencia de bolivianos tomando el sol en la orilla de la carretera me confirmó que en Bolivia, como en México, el fin de semana sigue siendo la ocasión de salir en familia y hacer ocios simples. También me recordó mi estancia en Puebla hace varios años, cuando cada domingo con toda la familia nos íbamos al restaurante, a la feria, o también al cementerio…Debió ser lo mismo en Francia hace unos años, en la época de las familias numerosas y de los ocios masivos…El sábado por la noche una fiesta fue organizada en la plaza central ¡Tuvimos la oportunidad de asistir a un concierto y un espectáculo de bailes afro bolivianos! ¡Existe una población negra en Bolivia ! Traídos como esclavos para trabajar en las minas varios siglos atrás, habiéndose ido los conquistadores, esos africanos se refugiaron en los Yungas y se instalaron allá ! Si bien en sus bailes y en su música todavía se siente la influencia de raíces africanas , son bolivianos de pleno derecho. Además, nos demostraron ampliamente en sus cantos su afecto hacia la nación.
Apenas regresadas a Sucre, tenia taller con las mamás en Mesa Verde. Por suerte era Coline quién estaba encargada de preparar el taller. Después del taller “ensaladas” y del taller “sopa de maní”, Coline había escogido hacer un taller “queques al yogurt”. Todo nos fue bien hasta el momento en que teníamos que poner los queques a cocer. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que la garrafa de gas (aquí todo funciona con gas) del horno estaba vacía. Fuimos a comprar otra pero como la manguera dejaba escapar el gas, después unos minutos él que se había propagado en el aire se inflamó. Afortunadamente la bibliotecaria se precipitó para cerrar la llave del gas, pero nos espantó mucho. Finalmente Coline trajo los 4 queques a nuestra casa para cocerlos en nuestro horno. Mañana es mi turno de animar el taller. He previsto un taller « quiches ». Ojala funcione el horno.Entre los otros acontecimientos destacables de esos últimos días, estuvo nuestro paso por el hospital. Tranquilícense, nadie se enfermó, solo era un paso obligatorio para obtener la visa. Entre una tonelada de otros papeleos y trámites que Elodie se encarga de hacer por nosotros, había una prueba de sangre y una radiografía del tórax. Primero hacia falta conseguir una orden del médico para ir luego a hacer la prueba de sangre. Un detallito: como el médico llegaba a las 8 y las tomas de sangre tenían lugar entre 7 y 8, no podíamos hacer las dos el mismo día y tuvimos que ir dos mañanas seguidas a las 7. Al menos he ganado un examen de sangre gratis y conocido mi tóraxDe hecho, no hace mucho tiempo que los tramites migratorios se han endurecido. Debe haber nacido enseguida a la carta abierta dirigida por Morales a los europeos hace dos o tres años (A leer en definitiva: http://www.alterinfos.org/spip.php?article2422). La había escrito luego del endurecimiento por parte de España de sus políticas migratorias y a la publicación de la « directiva retorno ». Aunque incitaba los extranjeros a ir a trabajar en su suelo desde hacia varios años, con esa directiva España (y Francia luego) se puso a promocionar el regreso de los inmigrantes a sus países de origen. En su carta, Morales amenazaba con aplicar a los residentes europeos de paso en Bolivia los mismos trámites que los sufridos por los bolivianos en el Viejo Continente. Yo entiendo la decisión de Morales. Este endurecimiento no es deseable en sí mismo pero era el único recurso de los bolivianos para hacer entender a nuestros países que no pueden hacer lo que quieren con sus extranjeros, aún menos si les han incitado a ir.
Mientras tanto, yo, que detesto tener que vérmelas con la administración, intenté tomar esos trámites con filosofía, diciéndome que padezco las políticas injustas conducidas en mi país. El martes pasado, era el dia del niño. No he conseguido saber el origen y la edad de esta tradición pero les puedo decir que tiene éxito ! En esta ocasión, hemos organizado una tarde recreativa con los niños de las cuatro bibliotecas gestionadas por la asociación. Con Magali, una interna en pedagogía de práctica en Ayni, decidimos hacer el juego de la tela de araña. Los niños debían pasar lo más rápido posible entre hilos de lana tensados sin tocarlos. Pareció gustarles. Luego tuvo lugar la tradicional carera de bolsa que funcionó bien, también. Aquí los animadores no tienen muchas reglas de seguridad a respectar y a veces puede ser desconcertante. Yo, que estaba acostumbrada a contar los niños cada dos minutos y a formar de nuevo las filas a cada rincón de calle, voy a tener que cambiar mis costumbres. Sin embargo, vistos los delirios legislativos en vigor en Francia, hace bien poder organizar actividades sin tener que estar siempre pensando en lo peor (no pienso que me hubieran dejado organizar esta carera en Francia… es cierto, un niño podría caer…. ¡Y ha pasado más de una vez!)
Después de las clases de quena (que acaban mañana), mis clases de español son el segundo placer de la semana. Primero, hace bien hablar en español porque en casa casi sólo hablamos francés. Luego permite ver de nuevo varias reglas olvidadas, de levantar mis viejas dudas y de mejorar mi español escrito. Me reconcilié con mis viejas costumbres de alumna modelo y hostigo al profe con preguntas durante toda la clase.
El mas pequeño tocador de zampoña del centro cultural de los Masis
Aparte de eso, la vida entre siete personas va bien, con sus buenos y sus malos lados. Lo bueno es el placer de sentirse como en una pequeña familia, de ir a buscar el pan por la mañana, de cocinar y comer juntos, de organizar fiestas en la terraza, de encontrar los amigos de los otros, o también de tener siempre a alguien al alcance de la mano para ayudar o escuchar… Lo menos bueno es que es difícil aislarse los días de mala leche, duro estar siempre a la escucha de los otros cuando lo necesitan, o también estar disponible para ayudar cuando había previsto hacer otra cosa. En todo caso, un buen punto es que a nivel práctico la vida en colectividad va bien. Aunque cada dos días un grifo empiece a gotear o que un enchufe se rote cada uno poniendo un poco del suyo, siempre acabe por ser arreglado (con la ayuda de Nelly y Elodie, siempre alertas a lo que podemos necesitar).Último pequeño recuerdo antes de dejarles: ¡los que quieran venir son bienvenidos! Sucre es una ciudad realmente preciosa y una buena etapa de viaje. Haré pronto un breve descriptivo de las cosas que hay que ver en los alrededores: el Salar de Uyuni, las minas de Potosi, la Cordillera de los Andes (donde hay un montón de caminatas que hacer), la foresta amazónica, La Paz, el lago Titicaca, las comunidades indígenas… y yo claro, que les acoja con los brazos bien abiertos y les prometo una iniciación como es debido a las costumbres bolivianas así como una visita completa de la ciudad (¿y de sus bares?).Bueno, aquí me paro!
Con mucho cariño, que estén todos bienHasta la próximaMarion
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